INVÁLIDEZ EMOCIONAL

Una Jaula Imaginaria

Por Annette Moreno

Desafortunadamente muchos de nosotros no nos damos cuenta que estamos viviendo conformes en un mar de emociones que ya solitas aprendieron a nadar y nos desconectan de la realidad.

La estructura de la mentalidad igual y común entre nosotros los humanos, no importando si somos ricos, pobres, intermedios, trabajadores o flojos, está facilitada con sentimientos. Las emociones han a figurado que somos fáciles de manipular por ellas y nos obligan en momentos a estar sujetos a juicio. Es como si camináramos en nuestro propio juicio sin que nadie nos persiguiera mas que nuestra propia sombra. 

Richard, es un joven contador con grandes habilidades matemáticas que conocí durante el tiempo que viví en la Cuidad de México, un día tuvimos una larga conversación en mi sala, allí Richard comenzó a compartir su vida personal conmigo. Habló sobre cómo sentía que sus emociones eran mucho mayores de lo que sentía que valía él mismo. ¡Ahí fue cuando me cayó el veinte! ¡INVALIDEZ EMOCIONAL! eso es lo que no podía a figurar por tantos años.

No hemos encontrado la manera de lidiar con nuestras emociones, es como vivir en una jaula imaginaria con una cerradura pero con la llave en el bolsillo. Es como que ya no queremos hacer el trabajo ni habilitar el carácter para dominar nuestro comportamiento. Hemos dejado que las emociones se encarguen de guiarnos y no tener que preocuparnos. No siempre nos tenemos que sentir bien. Van haber momentos en donde lo correcto va a lastimar tu orgullo y tus emociones van a tener que sujetarse a ti.

Para este blog, le he pedido a Richard que comparta algo personal durante este viaje de su nueva vida en la práctica de sumergirse en la realidad, o mas bien, lo desconocido…..

Richard:

Al igual que todos los niños y niñas yo no tuve opción, nací en el ambiente que me tocó, y recuerdo ser un niño muy protegido por mis padres, pero también recuerdo que mi infancia estuvo llena de la palabra: “NO”, “No toques eso”, “No digas eso”, “No lo intentes, yo lo hago” “No lo hagas, te puedes lastimar”, “No llores”. Realmente no tuve maltrato, pero comencé a crecer más introvertido que cualquier niño promedio, con el tiempo me di cuenta que todos esos “NO” bloquearon mis posibilidades de desarrollo del sentir, en este punto podemos entrar en una complejidad y pensar que soy una víctima o que estoy juzgando el rol de mis padres, pero no es así, cada ser humano puede ser justificado si conoces su historia y también cada individuo es culpable de algo de lo que tiene responsabilidad, pero también tenemos una capacidad única, y es el dominio propio, así que justificar o culpar a otros no sirve porque es tu vida, y tenemos la fortuna de decidir hacia dónde ir. Mi punto es que aunque actualmente ya entendí mi capacidad y mi valor, la invalidez emocional aún sigue dejando huevecillos en mi forma de actuar. 

Quiero contarte que hace un par de días leí una noticia que hablaba acerca de un oso que pasó veinte años encerrado en una jaula pero que afortunadamente ya  había sido liberado, mi sorpresa fue cuando la verdadera noticia trataba de que el oso siendo libre caminaba en un límite de terreno de igual tamaño al de la jaula donde había estado, ¡el oso está viviendo ahora en una jaula imaginaria!. Este ejemplo es perfecto para ilustrar la invalidez emocional, podemos estar en un ambiente inadecuado pero no será  para siempre, los años pasan, crecemos y tenemos todo para vivir y desarrollar nuestro potencial, ya no hay nadie que te diga cómo debes comportarte, pero ¡oh, sorpresa! la jaula ahora es imaginaria y está arraigada a la mente, somos libres pero las emociones están bloqueadas, pensamos que no tenemos derecho a intentar para sentir, apenas viene un problema, nos causa conflicto emocional, pensamos que eso no es correcto y evadimos la realidad que la vida demanda. ¿Suena extraño?, quizá sí, pero para muchos, esa es una batalla.

Annette, si lo vemos en una ventana clara, lo más válido y natural de la vida es intentar para sentir, ¿Cuántas veces hemos hablado de cosas que nos frustran? entre risas, te puedo decir que son muchas, o ¿Qué dices de las veces que nos hemos enojado y contentado, o de esas veces que hemos hablado de traiciones, desamor o desencanto?. Sin duda a pesar de todo, el sentir es saludable, escribe momentos buenos, momentos malos pero que sabiendo aprovecharlos hacen de la vida un libro bastante interesante. 

La invalidez emocional no es algo que entiendes, lo arreglas y problema resuelto, por lo menos para mí no ha sido así. Nuestras emociones es algo tan individual y privado pero a su vez tan compartido que muchos piensan que cuando fallamos es lo que somos, y en cierto punto lo entiendo pero no es así porque cada individuo batalla con algo que otros desconocen. El no querer sentir se hace una costumbre, y esto me ha traído problemas para relacionarme con otras personas pero sobre todo para conservar amistades, y ese es el punto a mejorar, pues la jaula de la costumbre suele dejar ciego a nuestro dominio propio para que no veamos con claridad la libertad adherida a nuestro espíritu y sin libertad, no queda de otra que ser esclavo del software implantado en el pasado, seamos conscientes o no. Y a pesar de todo, estoy seguro que mi esencia estaba intacta cuando el Creador me hizo tan único como a ti y a cada persona. Mis amigos de verdad saben que puedo escuchar y a veces hasta dar un consejo, y cómo lo platicamos un día no somos definidos por lo que hacemos, pues aun las “buenas acciones” pueden llevar una intención oscura. Pienso que sólo quién aprecia estos detalles puede progresar y hacer de sus emociones algo válido para sembrarlas en una tierra fértil y eficaz. Y creo que toda la información que algún día nos fue cargada aun cuando la cambiamos por otra más saludable no se va de completo, se queda ahí, pero que tenemos la opción de que no nos va a dominar, sino que la podemos utilizar para buscar un propósito, proceder y en el camino entender y extenderle la mano a muchos que miran como la vida pasa desde una jaula imaginaria… 

-Richard Ramírez